jueves, 10 de julio de 2014

LA REALIDAD : LA NADA según JEAN PAUL SARTRE

"El hombre es el ser por el cual la nada adviene al mundo."Sartre: El ser y la nada
En su obra de 1943, “El ser y la nada  Sartre se propone una investigación del ser, siguiendo el método fenomenológico, al igual que anteriormente hiciera Heidegger. Sartre reduce lo existente a lo que aparece ante nuestros sentidos.  Así, la tarea de la filosofía será describir dicha apariencia. Comienza distinguiendo entre: ser en sí àmundo y ser para sí à ser humano.
El “ser en sí” es el ser propio de las cosas, del que sólo se puede decir que “existe”.  Este ser no es consciente, es sencillamente “lo que hay” (una casa, una piedra…); En cambio el “ser para sí”, es la consciencia propia del ser humano.  En sí misma es un vacío, nada, mera posibilidad, representa la libertad frente al determinismo del en sí, Ahora bien, el ser para sí es el que aporta un sentido, un significado al mundo, al ser en sí.
El ser para sí, el ser humano, no tiene una esencia o una naturaleza previa: es pura libertad, no está determinado. Sartre afirma que primero el hombre existe, y sólo después es una persona u otra, se va definiendo como sujeto cuando elige cómo actuar en cada situación. El ser del hombre es indeterminado, es pura nada.
Sartre afirma que la experiencia de la nada es correlativa a la del ser. La nada no es algo extraño al hombre, sino la consecuencia implícita en su libertad, pues el hombre es el único que puede introducir su capacidad de “néantisation” (capacidad de decir “no”) en el ser. Porque somos humanos somos libres; porque somos humanos podemos decir “no”. Por eso Sartre identifica la nada con la libertad: el ser humano existe  en una actividad, realiza actos mediante los cuales se va definiendo, va llegando a ser sí mismo. 
«El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho (...) El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere».
                
La nada está en el origen y en el fin del ser humano: cuando vivimos una existencia auténtica también somos conscientes de nuestro límite: la muerte, la nada.
En "El existencialismo es un humanismo" de1946, mantiene una posición más optimista afirmando que el existencialismo es una filosofía de la libertad y la acción, la dignidad humana reside en la libertad, gracias a ella el ser humano siempre trasciende su situación concreta, aspira al futuro sin estar determinado por su pasado, se traza metas y en este trazarse metas construye su ser; de ahí que el existencialismo sea también una doctrina de la acción.

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