A la pregunta por el ser
humano, Sartre responde
que nos definimos como seres libres: “ESTAMOS
CONDENADOS A SER LIBRES” Y por ello somos lo que hemos querido ser y siempre
podremos dejar de ser lo que somos.
La LIBERTAD es el modo que
tenemos de responder a las diversas situaciones que se nos plantean, somos libres
porque tenemos la capacidad de elegir.
Somos nosotros en cada acto los que nos vamos
haciendo lo que somos. Esto significa fundamentalmente que somos RESPONSABLES y que no podemos escondernos detrás de
las excusas. La conciencia de la responsabilidad se convierte en ANGUSTIA ya que nunca podremos saber a priori
si hemos elegido bien. La existencia es así
angustiosa inseguridad.
"En la angustia adquiere el ser humano
conciencia de su libertad o, si se prefiere, la angustia es el modo de ser de
la libertad como conciencia del ser". Sartre: El Ser y la Nada”
La angustia no es tener miedo a algo externo, sino miedo a nosotros mismos al saber que somos responsables de nuestros
actos, pero es que, además, con cada decisión que tomamos, estamos afirmando un
modelo de conducta válido para todos. En cada acto comprometemos a la humanidad entera.
El no poder poner excusas a nuestra conducta al ser conscientes de
nuestra libertad nos sentimos DESAMPARADOS, porque estamos solos frente a nuestras elecciones, no
hay un Dios que nos dicte lo que debemos hacer; no hay una moral establecida
que nos imponga unas normas: somos nosotros desde nuestra conciencia de la libertad intransferible los que nos vamos definiendo a
nosotros mismos.
Pero el reconocimiento de la propia libertad implica el reconocimiento de la libertad de los otros.
El ser humano no es sólo subjetividad,
un ente aislado, sino también INTERSUBJETIVIDAD: no hay “yo” sin
“tú”. La libertad de cada uno de nosotros se enfrenta a otras libertades.
Ser libre significa que somos responsables y que nuestra vida es un PROYECTO. Pero cuando pretendemos refugiarnos en excusas, cuando nos mentimos a nosotros mismos acerca de nuestra responsabilidad, nos autoengañamos, incurrimos en lo que Sartre llama “MALA FE”. La mala fe es a la vez conocimiento y desconocimiento: primero somos conscientes de que nuestra libertad es causa de nuestro futuro, pero por luego fingimos desconocer que somos lo que somos por nuestras decisiones del pasado. Este es el modo que tenemos de liberarnos de la angustia que nos causa la libertad.
Ser libre significa que somos responsables y que nuestra vida es un PROYECTO. Pero cuando pretendemos refugiarnos en excusas, cuando nos mentimos a nosotros mismos acerca de nuestra responsabilidad, nos autoengañamos, incurrimos en lo que Sartre llama “MALA FE”. La mala fe es a la vez conocimiento y desconocimiento: primero somos conscientes de que nuestra libertad es causa de nuestro futuro, pero por luego fingimos desconocer que somos lo que somos por nuestras decisiones del pasado. Este es el modo que tenemos de liberarnos de la angustia que nos causa la libertad.
La «MALA FE», consiste en engañarnos a nosotros mismos fingiendo que no somos responsables de nuestros
actos. De ese modo elegimos renunciar a
nuestra propia humanidad porque nos “cosificamos”, nos vemos a nosotros mismos
como una simple cosa, que las circunstancias u otros manejan.
Pero Sartre nos recuerda que ya no hay excusas,
que debemos asumir nuestra libertad,
y la angustia y el desamparo que
la acompañan porque con cada elección
comprometemos a la humanidad entera. De ahí que cuando elegimos
debemos preguntarnos ¿Querría que todos
actuasen del mismo modo en mi lugar? La mala fe es un modo de EXISTENCIA INAUTÉNTICA.
Afrontar el hecho permanente de que somos libres es por el contrario una EXISTENCIA AUTÉNTICA.
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