viernes, 4 de julio de 2014

La historia del soldado y la princesa

Cuenta la historia que hace mucho tiempo, en un reino demasiado lejano vivía un rey con su reina. En el castillo se dió una fiesta, un soldado que hacía la guardia vió pasar a la hija del Rey y la Reina. Ella era la más hermosa mujer de todo el reino, y él se enamoró profundamente de ella. Pero, ¿qué es un simple soldado al lado de la hija de un Rey?
Cierto día, el soldado se atrevió a hablar con el rey y pedirle la mano de su hija, el rey dijo claramente, ¡la desición debe de tomarla la princesa!, el soldado se dirigió hacia la princesa y le dijo que él no podría vivir sin ella. La princesa quedó tan impresionada con el amor que le profesaba que le dijo al soldado, y ésta le dijo:
- Si puedes esperar por 100 días y 100 noches bajo mi balcón, seré tuya y me casaré contigo.

El soldado dispuesto fué y se instaló bajo el balcón de su amada, fué y esperó… un día... dos días... después diez... después veinte, y así susecivamente.  Cada tarde la princesa miraba, y él no se movía. cada día que pasaba, la princesa sentía mas admiración por aquel hombre.  ¿Que sacrificios puede hacer un hombre enamorado?, la princesa sentía cada día más amor por aquel soldado quien pasó la lluvia, viento, y nieve, él estaba todavía ahí. no se movia ni un centimetro del balcón de su amada.
Los pájaros se sentaban en su cabeza, las abejas lo picaban… pero él no se movía, permanecía ahí firme. 

Sin embargo, en el noventa y nueve día, estaba ya todo seco, pálido y débil. Las lágrimas corrían por sus ojos. Él ya no podía sostenerse de pie e incluso no tenía la fuerza para dormir. Todo el tiempo, la princesa lo miraba. 
Llegó el día 100 y fué entocnes cuando la princesa corrió a los brazos de aquel hombre que tanto había soportado por ella, por demostrarle su amor, pero no lo encontró; en la noche noventa y nueve, el soldado se había puesto de pie, tomado su silla...y se marchó... ¿Porque se marchó el soldado faltando un solo día?
Por qué lego de esperar tanto tiempo por la princesa, justo el último día y faltando unas pocas horas, para que la princesa sea suya el soldado se fué así sin más.
Al tiempo la madre le pregunta al soldado:
-¿Hijo porque te fuiste solo faltando un día para que la princesa sea tuya?
-Madre, si la princesa me amara no hubiese dudado en darme una manta cuando tenia frío, un plato de comida, o no me hubiese dejado pasar tantos días sabiendo que yo la estaba pasando mal.

Moraleja:
En nuestras vidas no hay castillos, reyes, ni princesas. Pero de algo podemos estar seguros: No podemos estar siquiera un día al lado de una persona que no nos evita un sufrimiento tan grande... Nadie puede desperdiciar así su vida. Si alguien nos aman no tiene porque hacernos pasar por tanto tal situacion sino que siempre querrá lo mejor para uno.


 
 
 

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