lunes, 6 de octubre de 2014

ANÓNIMO

Y aprendí que las historias no se escriben solas, que necesitan de las palabras para que se empiecen a escribir. Que no todas empiezan con "Había una vez" ni terminan con un "Felices para siempre", que algunas jamás pasan del prólogo, que "Adiós" no significa punto final. Que hay unas que las terminas de escribir con lágrimas y las volvés a leer y te das cuenta de que otra vez te van a hacer llorar. Que la historia empieza con un sueño y que jamás debemos dejar de soñar.

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